Llegando a Casa
Llegando a Casa
Anoche llegamos muy tarde y ya estaba todo obscuro. No nos dejó tiempo para ir de compras.
Sólo nos paramos a comprar agua.
Esta mañana teniamos un poco de hambre y me acordé de todos los árboles de cítricos que mi padre y mis hermanos nos regalaron hace ya más de 15 años cuando construimos la casa en Santiago.
Decidimos salir al jardín y a nuestra hermosa sorpresa todos los árboles estaban frondosos llenos de frutas.
Los árboles de naranjas, mandarinas y toronjas estaban gordos, muy frondosos con un colorido espectacular.
El aroma en el jardín me trajo recuerdos de años anteriores donde pasamos grandes tardes en familia.
Recuerdos que te hacen valorar las cosas pequeñitas y como un árbol lleno de mandarinas dulces vale más que todo el oro del mundo.
Esas dulces mandarinas me hicieron recordar que ya estoy en Casa, entré los míos.
Ahora sólo falta ver a la familia y disfrutar.