Single Blog

Mi Bali Queen

Mi Bali Queen

Estábamos a punto de ir a dormir y el mar se empezó a iluminar con una lluvia eléctrica. Se veía hermoso. Lo disfrutamos por unos instantes y de repente se escucha Pau, pa, ta, y cada vez más fuerte como que el cielo quisiera hablar y comunicarse con nosotros.
La lluvia hacia muchísima falta, y está mañana la lluvia continuo muy fuerte. Todas las palmeras se movían como si se estuvieran despojando de todo lo que ya no quieren. Me imaginaba que estaban en el «SPA» y les estaban haciendo un buen masaje y pedicure y cada una sonreia. Creo que estaban felices.
La lluvia continuo toda la mañana y así es que yo decidí hacer algo productivo y junto con Rebeca, nos fuimos a ordenar mi armario.
Rebeca vivió en Belice durante varios años en su juventud. Y uno de sus muchos trabajos de las historias que me cuenta es que ella trabajo en una boutique de ropa muy fina. Y me cuenta que aprendió muy bien a ordenar la ropa para hacerla más atractiva para que la gente la comprará.
Nos divertimos mucho, sacamos todo y empieza a colgar correctamente cada prenda, por color. De repente aparece de la nada mi hermoso vestido de playa de rayas negras con blanco.

Mi vestido tiene una gran historia. Hace varias años en uno de mis tantos viajes de negocios al sur de Asia, visite Indonesia, decidí quedarme unos días más en Bali, necesitaba unos días sola para mí y la playa era el lugar perfecto. Creo que todas necesitamos vacaciones solas de vez en cuando. Un estudio de Inglaterra asegura que las mujeres casadas y con hijos necesitas tener tiempo para ellas solas y recomiendan viajar solas o tomar unos días sin la familia para recargar las baterías.
En mi viaje a Indonesia, no llevaba traje de baño, ni sandalias, ni un vestido para pasar días en la playa. Iva solo de negocios.
Así que dici entrar a una boutique muy mona, de esas que tienen unos trajes de baño divinos y todo combina con las sandalias, gorras, bolsos, gafas de sol y por supuesto los vestidos.
La boutique se llama «Bali Queen». Entrando a la boutique sentí como si alguien te habla muy quedito al oído y te dice ven, mírame y cada vez se escuchaba más fuerte, finalmente después de mirar uno y otro artículo en la tienda éstaba del otro extremo de la tienda y en mi mente escuchaba una voz bastante clara y me dice mírame. Y cuando volteo se me ilumina mi cara. Era mi vestido. Me estaba esperando.
Me enamoré a primera vista. Su tela era suave, y yo sentía que mi piel se relajaba cuando me lo probé, realmente estaba hecho para mi. Así que decidí comprarlo junto con un bolso, sandalias, gorro, gafas y un traje de baño. Pase unos días hermosos con mi vestido y en cada viaje subsecuente mi vestido me acompañó por el mundo. Mi vestido y yo éramos muy felices.

La última vez que visite Holanda, me acordé que había prometido donar ropa para un evento en Yucatán y decidí hacer una buena limpia de mi armario y traerlas en la maleta – pude sacar muchas prendas entre ellas mi vestido que yo le llamo, my «Bali Queen» como la boutique en Bali, Indonesia.

Sin pensar en mis recuerdos y todas los hermosos momentos que tuvimos juntos, done mi hermoso vestido, porque yo sabía que era para una gran causa.

Ya de regreso en Telchac Puerto, Yucatán y semanas después otra amiga Holandesa que vive en Telchac me invitó a un gran evento sin saber que era el evento para el cual yo había donado mi ropa.

Era mi primera vez que participaria y todas las extranjeras querían ser parte de este evento. Yo no entendía porque. Fue bastante difícil conseguir las entradas, pero finalmente lo logramos. No eran suficientes boletos para todas y entonces me tocó mover todos mis contactos para conseguir las entradas.
El famoso evento era para un show de modas. Donde las extranjeras de todas las edades son las modelos. Es como el evento del año. Semanas y semanas todas hablan del evento, en cada reunión, solo escuchas hablar de el. Yo ya quería que llegara el día. Estaba emocionada de tanto escuchar hablar de él.

Finalmente llegó el día, nos arreglamos y salimos temprano para elegir mesa.

Muchas de nuestras parejas se vistieron en shorts negros, guayabera blanca, todos muy guapos y ese día fueron nuestros meseros, todo sea por una gran causa como dice mi esposo.
Y esta gran causa, si que es buena. El evento se organiza con la finalidad de recaudar fondos para la educación de jóvenes en Yucatán. Para ayudar a solventar parte de sus estudios y poder ayudar a varios con becas para que continúen en la universidad.

Y que empieza el show de modas y con un ambiente divino todas aplaudiendo, con buena música y las modelos caminaban por la pasarela muy seguras de sí mismas como si estuviéramos en el nuevo lanzamiento de «Victoria Secret».

Las modelos por supuesto eran las extranjeras, de todas las edades, en promedio 60 años y con cuerpos de todos los tamaños.
El ambiente estaba a todo. Solo se escuchaban tu puedes, te ves hermosa, vamos si se puede. Y una tras otra las modelos portaban diferentes estilos de ropa y de repente mi «Bali Queen» aparece en la pasarela y que me vuelvo a enamorar de el, como que me estuviera enamorándome de mi misma.

Al final de la pasarela una persona anuncia en el micrófono que la tienda de ropa ya está abierta y como era mi primera vez no entendía nada, y de repente todas las señoras se levantaron de sus mesas corriendo como si les fueran a regalar algo, todas emocionadas corriendo hasta un rincón del gran salón donde la tienda abría sus puertas.

Éramos como doscientas ya se imaginarán el escándalo. Los pobres maridos se hicieron a un lado. Antes de que los aplastemos. Jajaja, jajaja qué escenario.

Toda la ropa que habíamos donado estaba a la venta incluyendo mi «Bali Queen» y yo lo quería de regreso pero no sabía si llegaría a tiempo. Éramos muchas.

Finalmente llegó a dónde se estaba vendiendo la ropa y tal cual como si estuviéramos en Estados Unidos en un «Black Friday» y todo mundo desesperado comprando sin ton y son.

Era una locura y toda era ropa donada. Jajaja, mujeres y compras.

Y que veo a la señora que había agarrado mi vestido, ella cogió varios otros y de repente se le cayó todo al piso y me le acercó para ayudarla a recogerlos y le comento de verdad quieres este vestido y me dice no lo sé. Me lo tengo que probar.

Y me pregunta mirándome a los ojos, ¿Te gusta? y le contesto si mucho. Y me dice toma, creo que es un hermoso vestido y tiene tu nombre puesto.
Si le dije tiene mi nombre puesto y se llama «Bali Queen» Y se rió y le dije enserio, es mi vestido.

Me dirigí a la caja y volví a comprar mi vestido.

Moraleja de la historia:

Nosotros somos como los vestidos, de repente nos olvidamos de nosotros y nos guardamos en el armario y una vez que nos volvemos a encontrar, a enamorar de nosotras mismas y hacemos tiempo para nosotras, descubrimos lo bellas que somos y lo mucho que valemos.

No te dejes olvidada en tu armario. Sal a disfrutar tu vida. Tú eres hermosa como mi vestido. Mi «Bali Queen».

Comments (0)

Post a Comment

© Copyright 2024 - BiBig por Adriana Rodríguez