Frase 33
A veces creemos que avanzar siempre es sinónimo de empujar, forzar, apretar el paso. La mente insiste, repite “sí”, quiere sostenerlo todo… aun cuando el cuerpo ya está pidiendo tregua.
Pero cada ‘no’ de tu cuerpo es un acto de amor propio que tu mente necesita aprender a honrar.
Ese límite no es debilidad; es una brújula interna que te muestra el camino más honesto.
Porque el desequilibrio no es un error: es una invitación a volver a tu centro con más amor y más conciencia. Cuando te detienes a escucharlo, descubres que ahí, en ese desacuerdo entre mente y cuerpo, está la información que realmente te sostiene.
A veces el cuerpo frena y la mente acelera, y en ese choque silencioso se esconde tu alma diciendo: “necesito que regreses a mí, que vuelvas a tu verdad, que no te abandones”. Esa pausa es un puente hacia tu propia coherencia.
Y si te atreves a mirar más hondo, notarás algo aún más profundo: el cuerpo siempre habla desde la verdad que la mente aún no se atreve a aceptar. Su sabiduría es simple, directa, amorosa. Cuando lo escuchas, cuando lo honras, cuando lo eliges… vuelves a ti.
Regresar al equilibrio es un acto de valentía suave. Es la decisión consciente de no seguir rompiendo para cumplir expectativas. Es permitirte vivir desde tu ser completo, no desde una parte desconectada. Es elegirte. Cada día. Siempre.
Feliz domingo.
Soy Adriana BeBig, tu Mentora de Liderazgo Consciente
