Una Energía Extraña – Parte 3
Una Energía Extraña- Parte 3
#historiasdemicorazon
#adrianabebig
Mi pasión por la vida es interminable, pero todos hemos atravesado días que no sabemos por qué no nos queremos levantar de la cama.
Esa sábado en Chile no se sentía como muchos, mi cama apareció a la mitad de la habitación. Literalmente se movió. En Santiago sucede muchas veces pequeños sismos, bueno yo no estaba acostumbrada, eso fue algo diferente ese sábado por la mañana.
Mi integración con la sociedad Chilena iba mejorando, yo ya no me sentía turista y tampoco me comportaba como tal. Ya no vivía en el hotel Ritz, sino en un lindo apartamento con vistas a la ciudad.
Los Chilenos en general son menos relajientos, espontáneos que los regios (de Monterrey) pensé muchas veces, pero cada vez lo sentía menos. Creo que me estaba integrando.
Ya tenía varias semanas visitando Armenia en la casa hogar, así que me animé a salir del apartamento, pare en uno de sus mercados y compre unos regalitos para llevar. En el camino sentía una extraña sensación, una energía pesada. Pensé que fue por el sismo.
Llegando a la casa Hogar, una de las monjitas me pidió ir a la oficina de la directora. ¿Y le dije que pasa? Y me dijo: nada, nada. Sólo buenas noticias. Yo sola me trate de sonreír, pero mi intuición estaba muy despierta y presintia algo no estaba en orden.
Finalmente, la madre superior me recibió en una salita y me dijo vamos a caminar al jardín, me hace tanta falta caminar. En el camino hacia el jardín con su brazo derecho se acercó a mí y me dice tengo excelentes noticias.
Ayer adoptaron a Armenia. Y yo me puse muy contenta, unas cuantas lágrimas de felicidad rodaron por mis mejillas.
Y me dijo con un gran silencio de por medio, de esos que duran toda una eternidad y me miró con unos ojos sin arrepentimiento (creo que lo que iba a decirme, lo había dicho muchas veces antes).
Adriana, me toma mi mano muy tranquila y me dice, solo que no te puedo dar sus datos. La familia no quiere que Armenia tenga contacto con su pasado. Y le dije, pero yo soy de su presente, pues tú y yo somos su pasado y algún día lo entenderás.
Nunca lo entendí. Pero en mi interior si estaba contenta con la noticia.
Creo qué mi dolor fue porque no tuve la oportunidad de decir adiós, un hasta luego y eso me dejó un hueco en mí interior. Pero su alegría y sus ojos negros llenos de ternura vivieron siempre en mi corazón.
La madre superiora me dijo que podría ayudar a otra pequeña y simplemente no puede.
Años después, cuando vivimos en Romania vimos la misma historia repetirse con unos vecinos Americanos, tal cual. Mis vecinos también sufrieron esa separación.
Admiro a todas las personas que pueden hacer eso constantemente. Yo simplemente no puedo.
Aún recuerdo las palabras de Berend cuando le conté aquella fría noche. Y me dijo:
Debemos aprender a vivir día a día y disfrutar lo que tenemos.
Palabras tan poderosas. Desde ese día vivo el momento y me dedico a construir momento mágicos que me duren toda la vida. Como el reencuentro con Armenia en Barcelona, las bodas de mis sobrinos o los abrazos grandes que le doy a mis padres cada vez que regreso a Casa.
Ese sábado fue un día difícil, esa energía me empezó abarcar.
Al día siguiente, no tenía ganas de nada. Me salí a caminar y me paré a comprar un café. Lo interesante es que yo nunca he tomado café, así que cuando estaba haciendo la fila regrese a controlar mis pensamientos y acciones y decidí salir y sentarme en una mesita. Y nunca compré el café, solo que esa energía que había estado sintiendo era más fuerte y me llevo hasta ese lugar en Santiago de Chile.
Yo tratando de entender de donde procede esa energia, y de repente se aparece una señora con cara amable, y me dice me puedo sentar? Si claro, ella era muy amable, muy llenita como yo últimamente, con ropa cómoda y muy sencilla. Me mira profundamente a los ojos y me dice te estaba esperando.
WoW, despacio y como que te mueve esa inquietud, miedo no, pero mucha curiosidad si.
Y le dije, cómo que me estaba esperando, si yo no sabía ni siquiera que iba a venir. Y no tomo café y me dice lo sé, pero yo te guíe hasta mi.
WoW, despacio, despacito…
Entre paréntesis, hace 30 años nadie pensaba en secuestros.
Si te estaba esperando, yo sabía que hoy ibas a venir a mi. Yo sé que me necesitas. WoW, despacio y ahora sí me entra la curiosidad. Cuénteme le dije….
Me dice soy el ángel guardián de Armenia y ella me pidió que te cuide ahora también a tí. Y yo también te llevé a ella.
WoW, despacio, ¿Ángel? Si me contestó.
Y me dice ve a la librería y compra este libro y cuando lo abras en la página 11 en la línea 11 todo se te revelará. Ese libro aún lo tengo en mi casa en Monterrey y tambien el papelito donde me anoto el nombre.
11:11
WoW, despacio, despacito, 11:11 qué significa? Y cuando la voltie a ver, ella ya no estaba. Este era el mensaje.
Continuara……