Ya no me quiero ir
«He viajado por todo el mundo desde Canada hasta Chile y desde Portugal hasta la China y este último año he estado varios meses aquí, y varios meses allá por todas partes del mundo.
Y hoy después de muchos años ya no me quiero ir de Yucatán porque extraño mis mañanas.
Nunca pensé que fuera a pronunciar estás palabras y yo ni siquiera soy Yucateca; pero creo que me he dado cuenta que soy hija del sol y del mar.
Aunque de vez en cuando extraño mis montañas regias. Si soy Regía y lo llevo en la sangre. Y lo sé porque cuando me emociono habló muy rápido y puedo gritar de gustó y las arracheras hasta en sueños se me hacen agua en la boca.
Regresando a mis mañanas Yucatecas, mis mañanas en Casa Turquesa Telchac son un encanto especial que todos mis sentidos se alborotan.
Me levanto antes de que el gallo canté y que el sol nos dé su bienvenida. Me gusta salir muy temprano al jardín a meditar y escuchar el sonido de las aves. Y después de agradecer y con todos mis sentidos ya listos nos vamos a hacer una larga caminata.
Pero no es una caminata como cualquier otra. Yo camino dentro del mar donde las olas se rompen. Es energía pura, tengo el mar para mí sola y espero a que el sol anuncié su llegada. Los albatraces, las estrellas de mar y los flamencos rosados son mis más preciados acompañantes.
Y cuando sale el sol lo saludo como si una hija saludara a sus padres quienes no los han visto por mucho tiempo. Sonrió, respiro profundamente una y otra vez y continuó mi travesía junto con los peces de colores. Me dejó mimar por los rayos del sol. Y continuó por varios kilómetros hasta que mis piernas dicen tenemos que regresar.
Después de llegar a casa me meto a la regadera con agua fría. Creo que es buenísimo para la salud. Y después un buen chapuzón en la piscina. A estirar los músculos a sentir que estoy viva. Porque los años empiezan a sentirse y los dolores se acumulan.
Cada mañana mi esposo me sorprende con un delicioso smoothly de frutas frescas y vegetales verdes. Qué manera de empezar mi día y apenas son las 8 AM.
Cómo poder dejar esto que me hace estar viva, que me hace estar en contacto con mi cuerpo, mente y espíritu todos unidos cantando mis aleluyas.
Mis sentidos están alegres, están como niños con juguetes nuevos.
Como abandonar el sonido del mar, las palmeras bailando de gustó y el sonido de los pájaros.
Como abandonar la sonrisa de la gente local cuando te dice buenos días.
De verdad ya no me quiero ir y nunca pensé que podría llegar hasta aquí.
Creo que todo mi ser se siente pleno se siente alegré. Y yo ya no me quiero ir.»
Adrianabebig
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