Reto de amor Propio: Día 19 – Julio 7


Estás de pie sobre una colina al amanecer.
El viento acaricia tu cabello mientras las primeras luces pintan de oro tu piel, como un recordatorio de que la vida siempre empieza de nuevo contigo.
Frente a ti, un mar inmenso respira, recordándote que también tú eres vastedad, oleaje y latido.
Llevas un cuaderno en las manos, y cada página en blanco es un campo fértil donde tu amor propio germinará como un rosal indómito.
Inhala profundamente.
El aire se llena del aroma de aceite esencial de neroli, para recordarte que tu vulnerabilidad es belleza, que tu suavidad es fuerza, que tu calma es poder.
Cierra los ojos.
Lleva tu mano al corazón y siente ese pulso como un tambor antiguo que te llama a tu propia ceremonia sagrada de regreso a ti.
Permanece en esta pausa por tres respiraciones lentas:
– Inhala y piensa:
“Soy suficiente.”
– Exhala y piensa: “Estoy aquí.”
– Inhala y piensa: “Me amo.”
– Exhala y piensa: “Estoy en paz.”
Ahora, siéntate en la roca, abre tu cuaderno, y comienza a escribir tu poema como si fueras la heroína de esta historia que por fin se ha reencontrado consigo misma, con su suavidad, con su fuego, con su verdad.
Escribe sin filtros, deja que las palabras caigan como lluvia sobre la tierra seca, deja que tu propia voz sane las grietas que antes te dolían.
Imagina que cada verso que escribes es un hilo de luz que te cose con delicadeza por dentro.
Deja que el sol te ilumine mientras tus letras nacen.
Deja que cada palabra sea un pétalo cayendo sobre un altar invisible que has construido en honor a ti.
Cuando termines, lee tu poema en voz alta frente al mar, y deja que las olas lo escuchen, porque este momento es un pacto sagrado entre tú y tu amor propio.
Te comparto el mío:
Yo soy amor y amo quién soy,
no soy blanco ni negro sino todas las posibilidades.
Ámate tanto que todos lo noten.
Que tu piel recuerde el fuego que te habita,
que tus manos se abran a recibir lo que siempre fuiste:
cicatriz convertida en constelación,
temor transformado en valentía,
tus sueños como semillas vivas en tu pecho.
Que te ames tanto que tu sola presencia sea un altar,
que tu risa sea un canto que limpia el aire,
que tu mirada sea un faro para ti misma cada día que amanezca.
Que tu amor propio sea tan inmenso
que las sombras se sientan acogidas en tu abrazo,
y que en tus días grises, recuerdes que la luz no se ha ido,
solo está aprendiendo a bailar dentro de ti.
Que te ames tanto que tu cuerpo se sienta seguro en tu abrazo,
que tus pensamientos se conviertan en ríos de ternura,
que tu historia se convierta en la poesía que siempre mereciste escuchar.
Hoy me elijo, me sostengo, me celebro.
Hoy soy la dueña de mi amor y mi historia,
y en este instante, me reconozco como un milagro caminando,
amada, suficiente, en proceso y completa al mismo tiempo.
Frase final para anclar en tu alma hoy:
✨ “Hoy soy la autora de mi renacimiento, y mi amor propio es mi más grande revolución.” ✨
Con todo mi amor y verdad,
Tu mentora, Adriana BeBig