Reto Financiero: Día 8
Llegamos a boicotearlo todo sin darnos cuenta, porque no nos sentimos merecedores de ello.
Sentirnos merecedores de algo, hace que las acciones que tomemos vayan aunadas a nuestros objetivos y metas.
Por ejemplo, si crees que no tienes la abundancia deseada, te costara llegar a final de mes o nunca te va a alcanza para algo que tú realmente quieres.
¿Te has pillado o cachado alguna vez relativizando los halagos que te hacen tus amigos o compañeros de trabajo?
¿O tal vez quitándole importancia a los logros que has conseguido?
Todas estas y otras tantas conductas impiden que entre ti la preciada caricia del reconocimiento, de ser merecedores, de la abundancia, de tu prosperidad.
Recibimos solamente lo que creemos ser merecedores de recibir.
Adriana Rodríguez
Muchas veces no llevamos a cabo nuestros sueños porque creemos que vamos a fallar, nos falta la confianza en nosotros y por ende nos saboteamos. Pero en realidad lo hacemos inconscientemente, porque no nos sentimos merecedores.
¿Cómo son las metas que te planteas en la vida?
La verdad, desarrollar la actitud del merecedor es bastante fácil si nos lo proponemos.
Solo requiere de una buena dosis de constancia y los resultados siempre van a valer el esfuerzo.
Tenemos derecho a soñar y a visualizar el futuro que realmente queramos, lo que pasa es que muchas veces dejamos de lado las verdaderas necesidades que urge satisfacer, porque no nos sentimos merecedores.
Te voy a sugerir un ejercicio que lo practico con mis clientes para ayudarles, es muy efectivo. De verdad lo es y con cambios significativos.
¿Desde dónde te planteas crecer?
La mejora continua es una de las cosas más hermosas e increíbles que existen para crecer, pero depende tanto de “desde dónde” te planteas crecer.
Se trata de tomar una decisión consciente y firme desde el corazón alineados con tu mente y cuerpo.
Adriana Rodríguez
Cuando ponemos conciencia en el proceso más que en la meta, la cosa cambia. Aprendemos a soltar, aprendemos a sentir lo que merecemos.
Después complementamos está decisión con una afirmación positiva. Yo merezco….
Te recomiendo respirar profundamente por varias veces, pon tu difusor con una mezcla de valor.
Aquí los puedes ordenar, si aún no los tienes. Te van a encantar.
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Ahora deja que esa afirmación salga desde lo más profundo del corazón con completo convencimiento, seguridad y sin vestigio de duda.
Cuando realices este ejercicio asegúrate que sientas esa energía, esa valentía, ese poder y vibra en la frecuencia del agradecimiento, «desde tu amor propio» y desde ahí deja que esa sensación se sienta en cada molécula de tu cuerpo.
Siente como recorre cada partícula de tu cuerpo. Puedes llegar a sentir un cosquilleo. Es sentir la energía divina, la energía de Dios, del universo que ya estamos listos para merecer.
En ese momento de profunda relajación sigue respirando y deja que todos tus sentidos se abran. Respira profundamente y toma ese valor y conjuga desde tu amor propio:
«Ya estoy lista para merecer, ya estoy lista para la prosperidad«.
La prosperidad toca mi puerta y la dejo entrar. La siento, respiró y mi corazón, mi mente y mi cuerpo se alegran. Esa energía de prosperidad y de abundancia se encuentra dentro de mí. Agradezco y bendigo a todos a mí alrededor.
Este es el mejor estado para cambiar nuestra creencias limitantes.
Sin duda puedes encontrar muchos más logros en este proceso.
Las actitudes y hábitos que has desarrollado, las creencias limitadoras que has superado.
Siéntete increíble. Ya decidisteis ser merecedores de lo mejor que tiene el universo para ti.
Recuerda: Los pensamientos que tienes a cada momento construyen tu realidad. Piensa entonces:
Yo me lo merezco, yo valgo, y yo soy importante. Yo me merezco y recibo todo lo que deseo.
Adriana Rodríguez
Se grande, sé siempre tú.
