Soltando lo que no me pertenece
Miami en primavera es un espectáculo de colores y fragancias que inunda los sentidos. El aire se llena del aroma dulce de las flores de jazmín y el aroma fresco de la brisa del mar. Las calles están llenas de palmeras altas y elegantes, vestidas con sus sombreros verdes, como una fiesta que nunca termina.
Aunque el clima es cálido y soleado, hoy me encuentro sumida en la tristeza. Ayer perdí a una amiga muy querida, y el dolor me sacude por dentro. Nunca pensé que nuestra amistad se rompería de esta manera, y me pregunto cuándo y cómo comenzó todo.
Pero no puedo vivir en el pasado, y ahora es el momento de levantar la cabeza y mirar hacia el futuro. Me repito la frase que me ha ayudado a superar muchas dificultades en mi vida: «Fija tus ojos en lo que puedas hacer y mira hacia adelante para seguir aprendiendo».
A pesar de todo, no puedo evitar recordar los momentos alegres que compartimos juntas. Juntas descubrimos los lugares ocultos de la ciudad, degustamos las cocinas más deliciosas y disfrutamos del sol de la playa. Cada una de estas vivencias están unidas por el cariño que sentíamos la una por la otra.
A medida que transcurra el día, la tristeza se irá disipando poco a poco y comenzará la reconstrucción de lo que fue nuestra amistad. Yo guardaré ese cariño en mi corazón como un tesoro, y seguiré adelante con la fuerza que ella me impulsó a tener. Porque, al fin y al cabo, siempre hay cosas que aprender, personas nuevas por conocer, y nuevas aventuras que vivir.
