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Amor propio

Un hermoso y pequeño cuento acerca del amor propio.

«Había una vez un joven llamado Sebastián, quien se encontraba en un estado de profunda tristeza. Se había perdido a sí mismo en su relación con su exnovia, y ahora que había roto con ella, no sabía quién era realmente. Decidió buscar la ayuda de su psicóloga, quien le recomendó realizar un ejercicio de introspección y autoconocimiento.

Sebastián siguió el consejo y decidió empezar por hacer una lista de todo lo que le gustaba de sí mismo. Pero al intentar escribir, se dio cuenta de que no había nada que le gustara en absoluto. Se sintió abrumado por la tristeza y decidió descansar. Fue entonces cuando vio el espejo en la pared frente a él y se preguntó si alguna vez lo había utilizado para mirarse a sí mismo.

Se acercó al espejo y se miró fijamente. Por un momento, no reconoció al hombre que veía allí. Pero poco a poco, empezó a encontrar pequeños detalles que le gustaban. Observó sus ojos verdes, su nariz recta y su sonrisa ladeada. Empezó a encontrar pequeñas cosas en las que se identificaba, y se dio cuenta de que había estado buscando su identidad en la mirada de otra persona.

Entonces, decidió tomar el control de su vida. Comenzó a hacer cosas que le gustaban y que le hacían feliz, sin importar lo que otros pensaran. Aprendió a amarse a sí mismo y a encontrar la felicidad dentro de su propio ser.

Sin embargo, al compartir esto con otros, observó como algunos de ellos lo rechazaban. Comprendió que muchos se sienten incómodos cuando alguien es feliz con quién es y con lo que hace. Era como si el reflejo de la felicidad de Sebastián sacudiera una inseguridad escondida.

Pero a pesar de esto, Sebastián se comprometió a seguir adelante, a aceptar aquello que le hacía feliz y a amarse a sí mismo cada día más. Y poco a poco, aquel espejo que tanto le sorprendió, había dejado de ser una herramienta de prejuicios ajena para convertirse en una extensión de su autoestima.

Así, Sebastián aprendió que el amor propio puede ser difícil de encontrar, pero una vez que lo hacemos, permite una felicidad duradera e inmejorable. Su espejo y su autoconocimiento no eran solo herramientas para conocerse, sino que también eran pilares en los que se apoyaba la seguridad en uno mismo.

El universo tiene grandes planes para ti. ¡Siéntete feliz de tener la capacidad de creer en ti!»

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