Seguro que vuelas…

Empieza a Volar: El Coraje de Creer en Ti
Hay un momento en la vida en que sientes que ya no puedes quedarte en el mismo lugar. No porque el suelo no sea cómodo, sino porque algo dentro de ti comienza a susurrar que naciste para volar. Ese susurro se convierte en un llamado, una inquietud, una chispa que se enciende en tu interior y te invita a dar un salto de fe.
Volar por tu cuenta no es fácil. Requiere más que alas: se necesita coraje. El coraje de escucharte. El coraje de confiar en ti, incluso cuando otros no lo hacen. El coraje de avanzar sin mapas, con el viento de tus sueños guiando tu ruta.
Muchas veces el miedo te va a hablar. Te va a decir que puedes caer. Y es verdad. Puedes caer. Pero lo que el miedo no te dice es que también puedes levantarte. Que cada caída trae consigo una lección, una fuerza nueva, una sabiduría que no se aprende desde la comodidad del suelo.
Creer en ti no es un acto de arrogancia, es un acto de amor. Es mirarte al espejo con compasión y decirte: “Sí, puedo. Aunque tiemble, aunque dude, aunque no tenga todas las respuestas.” Creer en ti es recordar que dentro de ti hay una fuerza más grande que cualquier obstáculo, una voz que merece ser escuchada, una historia que merece ser vivida.
Así que vuela. Vuela aunque no sepas cómo se hace. Vuela aunque te digan que no es posible. Vuela aunque sientas que es tarde. Porque cuando lo haces, inspiras a otros a extender también sus alas. Y en ese vuelo, imperfecto pero auténtico, se construye la magia.
Y si un día caes… recuerda: no será el fin. Será parte del camino. Sacúdete el polvo, cura tus alas, aprende, y vuelve a intentarlo. Porque volar no se trata de no caer, sino de aprender a levantarte con más sabiduría, más fuerza, y más amor por ti misma.
Nunca subestimes lo que puedes lograr cuando decides confiar en tu propio vuelo.